El 5 de agosto marcó un punto de inflexión en la industria tecnológica estadounidense cuando una sentencia judicial condenó las prácticas anticompetitivas de Google en el mercado de las búsquedas.
Este veredicto podría cambiar drásticamente la dinámica de cómo se implementan los motores de búsqueda en los dispositivos móviles y promover un entorno más competitivo.
Cómo google compró su monopolio de búsqueda
El caso contra Google se centra en los acuerdos exclusivos que la empresa firmó con fabricantes de dispositivos, desarrolladores de navegadores y operadores de telefonía móvil. Estos acuerdos garantizaban que Google fuese el motor de búsqueda predeterminado en todas sus plataformas.
El Departamento de Justicia (DoJ) y sus codemandantes argumentaron que estas prácticas limitaban el acceso de los competidores a los canales de distribución clave, ayudando así a Google a mantener su monopolio en el mercado de búsquedas.
En su opinión, el juez Amit P. Mehta declaró:
«Existen mercados de productos relevantes para los servicios de búsqueda general y los anuncios de texto de búsqueda general; Google tiene poder monopólico en esos mercados; Los acuerdos de distribución de Google son exclusivos y tienen efectos anticompetitivos».
El caso expuso cómo Google gastó miles de millones en asegurar acuerdos exclusivos con Apple, Samsung y otros, siguiendo precedentes legales establecidos por un caso antimonopolio histórico contra Microsoft en los años 90.
El juez Mehta citó el fallo de Microsoft y concluyó que los acuerdos de Google deben considerarse exclusivos, aunque no impiden estrictamente el uso de motores de búsqueda alternativos. Según Mehta:
«Es suficiente que el contrato se cierre para rivalizar con un porcentaje sustancial de las oportunidades disponibles para la distribución».
Apertura del mercado de búsqueda
El fallo del 5 de agosto no es la primera vez que Google enfrenta problemas por su monopolio de búsqueda. En 2018, la Comisión Europea impuso una multa récord de 4.340 millones de euros contra la compañía por agrupar su motor de búsqueda y aplicaciones de Chrome en el sistema operativo Android.
Esta acción obligó a Google a realizar cambios en Android para que sus productos no se instalaran de forma predeterminada a expensas de sus rivales.
Sin embargo, los acuerdos exclusivos con los fabricantes de dispositivos continuaron garantizando que Google siguiera siendo el motor de búsqueda predominante en la mayoría de los teléfonos inteligentes.
Kent Walker, presidente de Asuntos Globales de Alphabet, declaró que la compañía tiene la intención de apelar el fallo. Sin embargo, parece que los tipos de acuerdos de distribución que Google ha utilizado hasta ahora están destinados a desaparecer.
Aun así, los desafíos antimonopolio de la empresa no desaparecerán tan fácilmente.
Ruptura del alfabeto en las cartas
El Departamento de Justicia tiene una segunda demanda antimonopolio pendiente contra Google, que está programada para comenzar el próximo mes. Los fiscales alegan que la empresa tiene el monopolio de la publicidad digital, donde los productos de Google dominan el mercado.
Las conclusiones preliminares de una investigación antimonopolio similar de la UE en junio encontraron que «solo la desinversión obligatoria por parte de Google de parte de sus servicios abordaría sus preocupaciones de competencia».
Si el litigio en Estados Unidos llega a una conclusión similar, Google podría verse obligado a escindir partes de su negocio de tecnología publicitaria para mitigar las preocupaciones antimonopolio.
El impacto en la industria tecnológica
El veredicto del caso contra Google no solo tiene implicaciones para la compañía misma, sino también para toda la industria tecnológica.
Si Google se ve obligada a cambiar sus prácticas, esto podría abrir oportunidades para otras empresas en el mercado de búsqueda. Los consumidores también podrían beneficiarse de una mayor variedad de opciones y una competencia más justa.
Implicaciones para los usuarios y competidores
La sentencia judicial podría significar un cambio significativo en cómo los usuarios interactúan con los motores de búsqueda en sus dispositivos.
Con un mercado de búsqueda más abierto, los competidores tendrán la oportunidad de ganar terreno y ofrecer alternativas innovadoras a Google. Esto podría llevar a mejoras en la calidad del servicio y a una mayor protección de los datos del usuario.
En resumen, la condena de Google por prácticas anticompetitivas en el mercado de las búsquedas marca un hito en la regulación de la industria tecnológica. A medida que se desarrollen los eventos, será crucial observar cómo estos cambios afectan a Google, sus competidores y, lo más importante, a los consumidores.
Con un mercado potencialmente más abierto y competitivo, el panorama de la búsqueda en internet podría experimentar una transformación significativa en los próximos años.
Con información de CCN
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