En un horizonte no muy lejano parece que comenzase a vislumbrarse el fin del dinero físico tal y como lo conocemos, ya que la aparición de las criptodivisas ha supuesto un cambio de paradigma. Un cambio que, por el momento, parece no es bien recibido por las autoridades y entidades financieras tradicionales.
Las criptomonedas surgidas casi que a la par que la crisis monetaria de 2008 como alternativa al dinero fiduciario convencional; dependiente de la política y normativa fiscal establecida por los gobiernos, han supuesto la más importante revolución financiera de los últimos años.
Bitcoin, concebida por el misterioso Satoshi Nakamoto, cuya identidad se desconoce, nace en 2009 y es la primera de las divisas virtuales.
Divisa virtual vs Divisa tradicional
La descentralización es la principal diferencia con las monedas tradicionales, ya que no están respaldadas por un bien físico, ni hay banco central que responda por ellas (únicamente el Petro de Venezuela lo está por el petróleo, pero no podemos considerarla una criptodivisa) sino que se basan en la ley de la oferta y la demanda, y en la confianza de los usuarios.
La tecnología que la soporta es el blockchain, lo que le confiere gran seguridad y confianza puesto que, aunque no es imposible, es realmente muy difícil vulnerar la seguridad que proporciona. Y no olvidemos mencionar que al no ser necesarios los intermediarios se reducen enormemente los costes y los tiempos de transacción.
Es precisamente la libertad que otorga la descentralización, lo que ha hecho de las criptomonedas una solución para los países en Latinoamérica, puesto que en el contexto de inflación e inestabilidad en el que están sumidos, supone una salida para tratar de resguardar los ahorros (teniendo en cuenta que la volatilidad es una de las principales características de las criptomonedas que no son stable coins), a la vez que una inversión.
Las multinacionales se unen a la fiesta
Facebook ha visto la oportunidad y el 18 de junio de 2019, anuncia la creación de Libra, su propia moneda virtual (que pretende lanzar a mediados de 2020), con su propio blockchain que, según manifiesta, está orientada a posibilitar que las personas que no pueden acceder a un banco puedan realizar sus transacciones con el simple uso de un teléfono móvil y una conexión a internet. Con comisiones muy bajas y sin intermediarios.
Es importante mencionar que Libra estará integrada en los servicios de Facebook, que cuenta con miles de millones de usuarios y que, a pesar de que aún es pronto para asegurarlo, probablemente sea una de las opciones para operar que ofrecerá, por ejemplo, una app de trading online con criptodivisas. Obviamente también dispondrá de su propia criptobilletera, un software en el que almacenamos las claves públicas y privadas y en las que se reciben y almacenan las monedas digitales. Estas wallets son necesarias para administrar nuestras divisas virtuales a través del blockchain. El monedero para utilizar Libra se llamará Calibra, y estará integrado en Whatsapp y Messenger.
Ante la alarma que generó la noticia entre entidades gubernamentales y bancarias y la desconfianza entre los propios usuarios debido, por un lado, al escándalo de la cesión de datos personales protagonizada por Facebook y, por otro , a la evidente amenaza que supone para la banca tradicional, al poner en peligro su supremacía financiera, Facebook manifiesta que se tratará de una “stablecoin”, cuyo valor estará vinculado al dólar, la libra, el euro, el franco suizo y el yen, y que no será Facebook quien lo controle, ya que hay diferentes empresas que forman parte del proyecto y constituyen la Asociación Libra, que tienen voto en el consejo.
Realmente no puede considerarse una criptodivisa, puesto que no cumple los requisitos necesarios para considerarla como tal, ya que carece de su esencia, al no estar totalmente descentralizada. Tras el anuncio de la creación de Libra el BCE ha bloqueado su entrada en la UE y está considerando la creación de “criptoeuros” como alternativa para poder competir con ella.
Habrá que esperar para ver cómo se desarrolla este asunto, ya que las últimas informaciones no presuponen que Facebook vaya a tener el camino fácil para lanzar su proyecto, debido a las trabas que se le están imponiendo y al hecho de que varias de las empresas que formaban parte del proyecto hayan decidido retirarse.
¿El dinero del mañana?
Lo que sí es cierto es que las criptomonedas son una realidad y que las aplicaciones de trading online posibilitan formas de invertir con ellas y con otros instrumentos financieros diferentes de las tradicionales. También podemos obtener información a través de las apps para el análisis del comportamiento de los mercados, utilizando los datos como guías pero teniendo siempre muy en cuenta que los mercados financieros son impredecibles y que invertir no deja de ser arriesgado.
Por ello es imprescindible tener un profundo conocimiento y seguir una estrategia previamente definida. Además, hacer trading online implica apalancamiento, lo que significa abrir operaciones de gran cuantía a través de crédito que nos presta el bróker para financiar la mayor parte de la operación, con un pequeño depósito a modo de garantía por parte del trader.
Esto incrementa nuestras posibilidades de mayores ganancias pero también de perder rápidamente nuestra inversión si nuestra predicción falla, o incluso endeudarnos si el bróker que utilizamos no nos protege frente a posibles deudas. Como es obvio, son las dos caras de una misma moneda al exponernos mucho con poco capital por nuestra parte y a través de deuda.
Hay quien opina que el fin del dinero efectivo está próximo y que el futuro de nuestras transacciones está en nuestro Smartphone. El hecho de que el uso de aplicaciones para efectuar transacciones inmediatas esté totalmente normalizado confirma la teoría de una posible y futura economía sin billetes.