En Estados Unidos, las criptomonedas han comenzado a tener un papel determinante en la política electoral, una realidad que pocos podían prever hace solo una década. Desde que el Tribunal Supremo dictaminó en 2010 el histórico caso de Citizens United v. Federal Election Commission, las empresas han ganado el derecho a contribuir sin límites a las campañas políticas bajo la protección de la Primera Enmienda.
Esta decisión cambió el panorama político del país y abrió las puertas a la influencia de múltiples sectores, entre ellos, el de las criptomonedas.
En 2024, el peso de las criptomonedas en las elecciones ha alcanzado niveles sin precedentes. Según un informe reciente del think tank Public Citizen, en el primer semestre del año, las empresas vinculadas al ecosistema cripto han aportado casi la mitad (43.5%) del total de donaciones corporativas a comités de acción política (PAC).
Este dato ilustra no solo el crecimiento exponencial de la industria, sino también su creciente interés por influir en las decisiones políticas del país.
¿Qué ha cambiado desde Citizens United?
El fallo de 2010 en el caso Citizens United permitió que las empresas contribuyeran de manera ilimitada a las campañas políticas, una práctica que en otros países, como Francia, sigue estando limitada. En las recientes elecciones presidenciales francesas, por ejemplo, el gasto máximo permitido para los candidatos fue de 16.8 millones de euros en la primera vuelta y 22.5 millones en la segunda.
Sin embargo, en Estados Unidos, este tipo de limitaciones prácticamente no existen. Las empresas, incluidas las del sector de las criptomonedas, pueden inyectar cantidades astronómicas de dinero para apoyar a los candidatos que se alinean con sus intereses.
Este cambio ha sido aprovechado por los actores de la industria cripto, que hasta 2024 no habían participado de manera significativa en la financiación de campañas políticas. De hecho, el 92% de las contribuciones totales de la industria a campañas y PAC se realizaron en este año, demostrando que el sector está decidido a consolidar su influencia en la política estadounidense.
La influencia de las criptomonedas en las primarias de 2024
Uno de los casos más emblemáticos del impacto de las criptomonedas en las elecciones de 2024 ha sido el papel de Fairshake PAC, una plataforma financiada por importantes actores de la industria cripto. Este comité de acción política pagó campañas de comunicación masivas y agresivas durante las primarias, con miras a influir en las elecciones generales de noviembre.
Un claro ejemplo del alcance de estas campañas es la derrota de Katie Porter, una destacada representante demócrata de California, en las primarias para las elecciones al Senado estatal celebradas el 5 de marzo. Porter perdió, en parte, debido a una campaña de 10 millones de dólares financiada por Fairshake PAC.
Aunque Porter no ha sido abiertamente contraria a las criptomonedas, su cercanía con la senadora Elizabeth Warren, conocida por su postura crítica hacia el sector cripto, fue suficiente para que Fairshake PAC decidiera invertir fuertemente en su contra.
Este tipo de acciones refleja cómo los comités financiados por el sector de las criptomonedas están moldeando el futuro político del país, buscando influir en las candidaturas y alejando a aquellos que podrían representar una amenaza para la industria.
Stand With Crypto: una nueva fuerza en la política estadounidense
Otro grupo importante en este escenario es Stand With Crypto, una organización que trabaja a favor del desarrollo de las criptomonedas en Estados Unidos. Este grupo ha evaluado a múltiples figuras políticas según su postura hacia las criptomonedas, otorgando calificaciones que van desde la “A” para los más favorables hasta la “D” o “F” para aquellos que consideran adversos.
Katie Porter, junto con Elizabeth Warren, recibió una baja calificación de Stand With Crypto debido a su proximidad con políticas que podrían restringir el desarrollo de la industria cripto. A pesar de que Porter no se ha pronunciado directamente en contra del sector, su alineación con figuras críticas hacia las criptomonedas fue suficiente para ganarse la oposición del grupo.
De manera interesante, la vicepresidenta Kamala Harris, aunque no ha recibido una calificación de Stand With Crypto, no ha mostrado un apoyo sólido hacia las criptomonedas. Joe Biden, por su parte, ha sido evaluado con una “D”, lo que refleja una postura tibia respecto a este sector emergente.
En contraste, Donald Trump, que no figura en la clasificación, ha mostrado un apoyo más contundente hacia las criptomonedas, aunque muchos analistas creen que su postura es más oportunista que auténtica.
Donald Trump y las criptomonedas: una alianza inesperada
El expresidente Donald Trump ha sido una figura interesante en el debate sobre las criptomonedas. Aunque en sus primeros años de mandato mostró poco interés en el sector, en 2024 ha cambiado radicalmente su postura.
En mayo, Trump afirmó que los demócratas “querían acabar con las criptomonedas”, lo que marcó un claro giro en su discurso. Este cambio parece ser una estrategia política más que una convicción personal, ya que busca atraer a los votantes jóvenes y a los defensores de las criptomonedas.
Trump fue el primer candidato presidencial en dar un discurso en la conferencia anual sobre Bitcoin, celebrada en julio de 2024. Aunque su participación fue sorpresiva, demostró su disposición a alinearse con el sector cripto si eso le permite obtener el apoyo de una base electoral en crecimiento.
Robert F. Kennedy Jr., quien había expresado previamente su apoyo a Trump, retiró su respaldo poco después, lo que subraya la volatilidad de las alianzas políticas en torno a las criptomonedas.
¿Qué significa todo esto para el futuro de las criptomonedas en Estados Unidos?
El creciente involucramiento de las criptomonedas en las elecciones de 2024 no es un fenómeno aislado, sino un indicio de que este sector está decidido a jugar un papel importante en la política estadounidense.
Con un flujo continuo de donaciones hacia comités de acción política y campañas electorales, las criptomonedas están buscando consolidar su influencia para garantizar un entorno regulatorio favorable.
- La estrategia es clara: apoyar a los candidatos que promuevan políticas favorables al desarrollo del ecosistema cripto y oponerse a aquellos que podrían imponer restricciones.
- La gran pregunta: ¿qué tan lejos llegará esta influencia? Si bien las criptomonedas han ganado terreno en los últimos años, también enfrentan una creciente resistencia por parte de figuras políticas que ven en este sector un riesgo para la estabilidad financiera.
Con las elecciones presidenciales de 2024 a la vuelta de la esquina, está claro que el papel de las criptomonedas en la política estadounidense solo va a seguir creciendo. Lo que queda por ver es si esta influencia será suficiente para cambiar el curso de las políticas financieras del país, o si enfrentará barreras insalvables en el camino.
Con información de El Gran Continent
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