En el reciente debate entre Donald Trump y Kamala Harris, hubo un notable silencio sobre las criptomonedas, lo cual ha provocado una reflexión interesante sobre la relevancia de este tema en la agenda política.
A pesar de que la industria de los activos digitales ha intentado proyectarse como una fuerza importante, la ausencia de menciones en un foro tan visible demuestra que ni a los votantes ni a los candidatos les preocupa demasiado este asunto.
Este fenómeno pone de relieve la desconexión entre el entusiasmo que algunas comunidades cripto sienten por el tema y la indiferencia general del público y de los políticos tradicionales.
La falta de interés por las criptomonedas en los debates presidenciales
Los debates presidenciales son un escenario clave para abordar los temas que más preocupan a los votantes, desde la inmigración hasta la economía y el cambio climático. La ausencia total de menciones sobre criptomonedas o blockchain en este contexto refleja que, para la mayoría de los estadounidenses, este tema no figura entre sus principales preocupaciones.
Ryan Gorman, un comentarista político, ha señalado que tanto el público como los candidatos están enfocados en otros asuntos más urgentes. Según Gorman, mientras la industria cripto ha intentado moldear una narrativa partidista que busca atraer a los votantes, la realidad es que la mayoría de las personas no están tan interesadas.
Los políticos y sus prioridades
Es importante destacar que los políticos, en su gran mayoría, se concentran en mantener sus cargos. Para lograrlo, necesitan captar el apoyo y las donaciones de diferentes sectores. Si bien Donald Trump habló en la conferencia de Bitcoin 2024 en Nashville, la razón principal de su asistencia no fue su interés genuino en las criptomonedas, sino la recaudación de fondos.
De hecho, se llegó a cobrar hasta 844.600 dólares por persona para quienes quisieran cenar con el ex presidente. Esto contrasta fuertemente con los 60.000 dólares que pagaron otros asistentes solo para tomarse una foto con él. Aunque Trump haya hecho promesas sobre la fabricación de bitcoins en Estados Unidos, su verdadera motivación fue recaudar fondos para su campaña.
Por otro lado, Kamala Harris organizó un evento de recaudación en San Francisco con tarifas que oscilaban entre los 3.300 y 50.000 dólares por persona, recaudando 12 millones de dólares en total.
Estos montos demuestran cómo la política estadounidense depende en gran medida del dinero para sostener campañas, pero no necesariamente de un compromiso profundo con los temas que promueven estos eventos.
La búsqueda de relevancia por parte de la industria cripto
La industria de las criptomonedas ha hecho grandes esfuerzos por ganar relevancia política, aunque los resultados han sido limitados. Desde la histórica sentencia Citizens United en 2010, que permitió la creación de los Super PAC (comités de acción política que reciben donaciones ilimitadas), solo una industria ha invertido más dinero que las criptomonedas en influir en el gobierno: los combustibles fósiles.
Desde esa fecha, las empresas de combustibles fósiles han aportado 176 millones de dólares en donaciones políticas, incluidos 73 millones de Koch Industries, una corporación símbolo del «dinero oscuro» que intenta influir en elecciones. Sin embargo, las criptomonedas han seguido de cerca, aportando 119 millones de dólares en el ciclo electoral actual, lo que representa casi la mitad de todas las donaciones corporativas en 2024.
Esto coloca a las criptomonedas en un lugar prominente en términos de influencia política, aunque su impacto real sigue siendo cuestionable.
¿Por qué los políticos hablan de criptomonedas?
A pesar de las significativas donaciones, las criptomonedas no figuran entre los temas principales de preocupación para los votantes. Según Nick Beauchamp, profesor asociado de Ciencias Políticas en la Universidad Northeastern, las criptomonedas solo son mencionadas en la política debido a los generosos donantes que están detrás de ellas, no porque los votantes lo exijan.
«El bloque de votantes de las criptomonedas no son votantes, sino donantes», explicó Beauchamp. Esta afirmación deja claro que, aunque algunos republicanos y demócratas, como Chuck Schumer, se resisten a regular las criptomonedas, la verdadera fuerza detrás de este movimiento son las personas y empresas que donan grandes sumas de dinero.
La desconexión entre la industria y los votantes
El entusiasmo que algunas figuras clave de la industria criptográfica muestran por ciertos candidatos políticos no necesariamente se traduce en apoyo masivo. Muchos votantes no están familiarizados con las criptomonedas o tienen opiniones muy básicas sobre ellas.
De hecho, algunos de los principales defensores de las criptomonedas han dañado su reputación en el último año debido a su involucramiento en campañas políticas. Aunque tienen derecho a expresar sus preferencias políticas, este activismo ha generado cuestionamientos sobre la dirección en la que se está moviendo la industria.
Aquellos que se consideran «votantes monotemáticos», es decir, que eligen a sus candidatos basados exclusivamente en sus posturas sobre blockchain y activos digitales, podrían beneficiarse de alejarse por un momento de las redes sociales.
Esta pausa les permitiría reflexionar sobre cómo sus preocupaciones personales encajan en el panorama político más amplio, y quizás reconsiderar si realmente estas cuestiones son tan decisivas a la hora de elegir un candidato.
El camino hacia la relevancia política
A pesar de los intentos de la industria criptográfica por ganar relevancia, el camino hacia la aceptación general sigue siendo largo y lleno de obstáculos. La falta de menciones en el debate entre Trump y Harris es un recordatorio de que, aunque las criptomonedas estén creciendo en popularidad y adopción, aún no han alcanzado un nivel de relevancia política que las coloque en el centro de los debates presidenciales.
La industria ha hecho grandes esfuerzos por influir en la política, pero el debate demostró una vez más que, para muchos, las criptomonedas siguen siendo un tema periférico.
Conclusión
El debate Harris-Trump dejó claro que, a pesar del dinero que la industria criptográfica ha inyectado en la política, las criptomonedas no son una prioridad para los votantes ni para los políticos en este momento.
Aunque la industria continuará buscando relevancia, el proceso de convertirse en un tema central en la política estadounidense será largo y requerirá mucho más que grandes donaciones.
A medida que el panorama político evoluciona, será interesante ver cómo se adapta la industria criptográfica para seguir avanzando en su búsqueda por ser vista como un actor clave en la economía global.
Con información de CoinDesk
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