Mejorar el WiFi de tu hogar no siempre requiere cambiar de proveedor, comprar un nuevo router o pagar más por el servicio.
En muchos casos, los problemas de velocidad están relacionados con la ubicación del dispositivo, interferencias y una mala configuración del equipo.
Colocación estratégica del router
Uno de los factores más ignorados que afecta la calidad del WiFi es la ubicación del router. Para mejorar significativamente la señal, se recomienda:
- Ubicarlo en el centro del hogar o lugar de trabajo.
- Evitar ponerlo en el suelo o encerrado en muebles.
- Mantenerlo alejado de electrodomésticos que emitan en 2.4 GHz.
Un router mal posicionado puede perder hasta un 50% de su capacidad de cobertura.
Mejorar la señal con papel aluminio
Una técnica casera, pero sorprendentemente útil, consiste en colocar una lámina de papel aluminio detrás del router, especialmente si está contra una pared exterior.
Este material actúa como un reflector que redirige la señal hacia el área deseada, ampliando su cobertura y mejorando el rendimiento.
Evita reinicios innecesarios
Apagar el router con frecuencia interrumpe su calibración automática, lo que puede afectar su estabilidad.
Mantenerlo encendido de forma constante permite un mejor desempeño, especialmente en conexiones que requieren latencia baja, como los juegos online.
Expansores y pruebas de velocidad
Si el alcance sigue siendo limitado, usar extensores WiFi o una red Mesh puede ser una solución definitiva.
Herramientas como SpeedTest permiten verificar los resultados tras aplicar estos ajustes. Si no hay mejoras, es probable que se requiera actualizar el equipo.
Conclusión
Aplicar estos ajustes permite mejorar el WiFi sin cambiar el router, ideal para usuarios que realizan transacciones cripto, consumen contenido digital o trabajan desde casa.
Este tipo de optimización técnica puede marcar la diferencia en entornos cada vez más conectados.
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