Las remesas desde el exterior hacia Venezuela ya alcanza a ser la segunda fuente de ingreso económico del país después de la exportación de petróleo, con un estimado de 3.700 millones de dólares para 2019. Veamos cómo los venezolanos envían remesas desde el exterior.
Según Sputnik, esas cifras son de la consultora económica venezolana Ecoanalítica, que señala además que en 2016 los números llegaban a 78 millones de dólares.
Por otra parte, la emigración de venezolanos, impulsada por la crisis económica, social y política de ese país, se calcula en alrededor de 4 millones de personas, que partieron principalmente en los últimos tres años.
Los enormes índices de inflación, desempleo y otras variantes de la crisis no han disminuido, convirtiéndose en una puerta abierta a la necesidad de envíos de dinero desde afuera para la población que se queda en Venezuela.
Envíos no registrados
La diferencia entre el tipo de cambio oficial y el paralelo del dólar, han hecho que proliferen los servicios de remesas a través de depósitos con intermediarios, sin la necesidad de una transacción internacional. Las recientes sanciones de los EE.UU. también han repercutido en restricciones para las transferencias bancarias directas.
Algunos testimonios relatan ejemplos de los envíos a través de personas que tienen contacto con empresas en Venezuela, a quienes se les entrega el dinero y al cambio de una tasa fluctuante, transfieren en bolívares desde bancos locales. Este sistema funciona en numerosos lugares del mundo.
Las «cuevas» o casas de cambio no registradas ofrecen servicios de remesas con una comisión, que puede ser alrededor de 5% cuando se trata de dólares en efectivo, o con una tasa de cambio determinada en el momento, y con una duración de pocas horas. Por tratarse de transacciones entre particulares tiene sus riesgos, ya que no existe un marco institucional que respalde la operación.
La particularidad de las remesas hacia Venezuela es que no suelen ingresar en forma de divisas, como ocurre en otros lados del mundo, ya que existe un estricto control sobre las transferencias internacionales y un tipo de cambio oficial que dista mucho del precio del dólar en el mercado paralelo, que es al que aspiran tanto quienes envían como los que lo reciben.
Altos costos
Paralelamente al aumento de los venezolanos viviendo en el exterior y el uso de remesas, también crece la cantidad de dinero que envían. Mientras que en 2017 los emigrados mandaban un promedio mensual de 75 dólares, en 2019 está más cerca de los 100 dólares mensuales, debido a la inflación.
Una encuesta efectuada entre 2.000 personas en Venezuela, por la empresa Consultores 21 en junio de 2019, arrojó que un 40% de la población ha recibido algún tipo de envío de dinero desde el exterior ocasionalmente, y el 32% lo hace permanentemente.
En Latinoamérica, los países con mayor número de inmigrantes venezolanos son Colombia, Perú y Ecuador, en primero, segundo y tercer lugar, así como Chile, Argentina, Panamá, México y Brasil.
Perú
El estudio especializado “Inmigración venezolana a Perú: Características e impactos macroeconómicos” del BBVA Research, de octubre 2019, indica que el 88% de los venezolanos envían remesas a sus familiares desde Perú, agregando que los montos varían tanto como la frecuencia. Cuatro de cada diez lo hacen semanalmente; mientras que un 35% lo hace una vez al mes y el resto realiza aportes todas las quincenas.
Los envíos oscilan entre un tercio a un cuarto (70 a 80 dólares; 65 a 75 euros) de los casi mil soles de ingreso mensual (300 dólares; 270 euros) que reciben por 70 horas de trabajo semanal, lo que equivale a 50% por encima de las 40 horas que labora un peruano en su país. El 87% son realizadas a través de una entidad bancaria, y sólo el 13% lo lleva a cabo mediante personas independientes.
Criptoremesas
No existen datos exactos de cuánto dinero se recibe en remesas a través de las criptomonedas en el país, pero existen muchos casos que dan fe de que es una realidad. Un ejemplo fue reseñado por el New York Times en febrero de este año, sobre el economista venezolano Carlos Hernández, quien admitió que gracias a bitcoin ha podido mantener a su familia.
«Guardo todo mi dinero en bitcoin. Mantenerlo en bolívares sería un suicidio financiero: la última vez que lo verifiqué, la tasa de inflación diaria fue de alrededor del 3,5%. Eso es inflación diaria; la tasa de inflación anual para 2018 fue de casi 1,7 millones por ciento. No tengo una cuenta bancaria en el extranjero, y con los controles de moneda de Venezuela, no hay una manera fácil para mí de usar una moneda extranjera convencional como el dólar estadounidense», explicó.
Jhonnathan Morales, fundador de Pandora Investments, una compañía registrada en Estados Unidos con empleados en distintas partes del mundo, también indicó: «Podría afirmar que tengo más contacto con activos digitales que con los bolívares. Todos los gastos de mi empresa lo he pagado así, a los abogados, diseñadores, etc».
Igualmente destacó que las monedas digitales son una gran oportunidad en Venezuela y en las economías latinoamericanas por la inestabilidad económica que las caracteriza. “Las personas las utilizan como reserva de valor, medio de intercambio, envío de remesas. Son herramientas realmente útiles en la realidad inflacionaria como la de Argentina y la hiperinflacionaria de Venezuela”.
Según el portal Coin.Dance durante la semana que finalizó el 12 de octubre, las personas en Venezuela intercambiaron 549 bitcoins en LocalBitcoins que, considerando que el precio del bitcoin se mantuvo rondando en un promedio de 8.400 dólares durante ese período, la cifra equivaldría a unos US$ 4.611.600 aproximadamente. Lo que representaría casi el 9% del volumen de operaciones global en la plataforma, de US$ 41.486.699.
Servicio en Chile
Quick Express es un servicio basado en blockchain que realiza envíos de manera casi inmediata, y se ha convertido en gran aliado a la hora de las remesas para los venezolanos. Opera bajo la licencia de casa de intercambio e intermediación de criptoactivos otorgada por la Superintendencia Nacional de Criptoactivos (Sunacrip), y es un producto de la empresa Vagon Investment SPA, entidad supervisada y sujeto obligado inscrito en Chile en los registros de la UAF (Unidad de Análisis Financiero).
«Lo que se moviliza es el criptoactivo, pesos a criptoactivos, que se envía en segundos a un exchange en Venezuela, que luego se convierten a bolívares en cuentas corrientes de personas que viven allá. No hay fondos flotantes en este modelo», aclaró Sergio Carrasco, director comercial de Quick Express.
América Latina
Las remesas hacia los países de ingresos bajos y medianos, como en América Latina, alcanzarán los 551 mil millones de dólares en 2019, un aumento del 4,7% con respecto a 2018, según cifras del Banco Mundial.
El BM añade que ese total supera las ayudas oficiales y podría ser mayor que las inversiones extranjeras directas a los países de medios y bajos ingresos y que para este año, América Latina y el Caribe registrarán el mayor crecimiento de remesas en todo el mundo, un 7,8%, gracias a la continua fortaleza de la economía de Estados Unidos.