El turismo es uno de los elementos más importantes de la urbanización. Atraviesa dos revoluciones que no son suficientemente destacadas por los estudios urbanos.
La primera corresponde a la aparición de los centros turísticos entre 1800 y 1914. La segunda se refiere a la transformación de la urbanidad de las ciudades desde la segunda mitad del siglo XX.
Se trata de una doble revolución del turismo urbano que alimenta el proceso de urbanización de las sociedades. Esta propuesta es un elemento del fenómeno turístico, no una simple actividad funcional pegada al soporte de la organización urbana.
Tomándolo como vector de afirmación, se inscribe en un intento de renovar el análisis del mundo urbano a través del prisma del fenómeno del turismo.
El turismo no solo tiene la misma esencia que la definición de la ciudad contemporánea. Al mismo tiempo, las diferentes asociaciones entre turismo y urbanidad crean lugares urbanos de diferente calidad.
De lo que se trata aquí es de dar un paso más estableciendo una reflexión procesal desde la base turística hasta la ciudad.
El mundo urbano tal y como lo conocemos es algo nuevo. Su implantación fue tan rápida que algunos autores han evocado una revolución urbana.
Se puede describir, por ejemplo, como esta expresión de la revolución urbana, la repentina aparición de la ciudad, el modo dominante y casi privilegiado de organización espacial de las sociedades.
Múltiples análisis destacan a menudo los sólidos orígenes industriales de esta revolución urbana. Por ejemplo, es la tercera revolución urbana la que marcó este surgimiento de la metrópoli industrial moderna al presentar el análisis como un capitalismo urbano-industrial.
En general, la investigación urbana ha considerado tanto una causa (la industria) como una consecuencia (la expansión urbana) de la urbanización. Sin embargo, la realidad es más compleja que eso.
La perspectiva que queremos desarrollar aquí es el dominio del turismo en lo que llamamos la doble revolución urbana, y se divide en dos niveles
Observar la revolución urbana
Es necesario captar las diferentes aportaciones del turismo en la producción de espacios urbanos y entender estas sucesivas revoluciones urbanas producidas por el turismo. Aquí proponemos una definición enriquecida de la urbanidad, por un lado, y una reflexión compleja de la misma, por otro.
Diversidad urbana
Podemos reconstruir la definición de la ciudad, así es como toma forma este nuevo concepto. La palabra urbano debe distinguirse de la ciudad.
Lo urbano se diferencia de la ciudad precisamente porque surgió y se manifestó durante el auge de la ciudad. Sin embargo, permite repensar e incluso comprender algunos aspectos de la misma que no han sido advertidos durante mucho tiempo.
Por ello, es importante partir de la idea de que la ciudad ya no expresa el fenómeno urbano de forma aislada.
Lo que puede llamarse urbanidad ha surgido ciertamente en las ciudades. Pero sus rasgos esenciales se han generalizado y ahora pueden describirse en otros lugares.
La ciudad debe tomarse como uno de los rasgos específicos del espacio actual, entre otros muchos géneros. El concepto de urbanidad, pues, permite apreciar la dimensión urbana de un lugar, es decir, la organización de los objetos sociales dentro de una situación determinada.
Estos dos primeros elementos parecen esenciales para determinar el carácter urbano de un lugar. Sin embargo, esto no es suficiente.
De hecho, la capacidad de polarización y la centralidad, definidas como de extrema importancia, han ganado en importancia. En particular, la ubicación de los servicios también desempeña un papel importante en el tejido de la urbanidad a través de la accesibilidad y la centralidad simbólica.
Por último, la calidad del espacio público se define como un lugar de anonimato. Al mismo tiempo, el lugar de vigilancia y de confrontación es uno de los elementos que distingue a las grandes ciudades de los pueblos pequeños, a los centros turísticos de la planificación urbana para el embellecimiento de las zonas residenciales.
Dado que la conexión entre la densidad, la diversidad, la centralidad y el espacio público está en el centro de la definición de urbanidad, podemos formular la tesis de la existencia de una serie de combinaciones múltiples de estos cuatro elementos básicos.
El término de urbanidad construido de esta manera permite distinguir tanto el centro como los suburbios y la periferia de las ciudades.
También permite distinguir los grados de urbanidad entre los distintos tipos de ciudades. Cada lugar, independientemente de su escala, puede ser evaluado según su calidad urbana.
A partir de estos cuatro atributos, este enfoque permite una lectura sistemática de la dimensión urbana de un lugar. Sin embargo, no es del todo satisfactorio para comprender toda su complejidad. Porque falta una de las dimensiones.
En efecto, la urbanidad no es simplemente una cuestión de densidad y diversidad de realidades sociales presentes en un lugar. Fundamentalmente, es una cuestión de cómo los individuos tratan estos elementos, cómo los estructuran, cómo organizan las infraestructuras y las hacen efectivas.
Dr. Yaşam Ayavefe
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